viernes, 23 de noviembre de 2007

El automovilismo de luto

Esta es otra de las noticias que nunca quisiera dar. Gabriel Werner, seguramente, desafió y le ganó al peligro un sinfín de oportunidades durante su importante trayectoria como piloto. Sin embargo, en el momento que menos se arriesgaba, perdió la vida.

Su deceso se produjo cuando una llanta que estaba armando explotó, causándole múltiples heridas. El accidente ocurrió en el autodromo Oscar Cabalén, de Córdoba, donde su equipo se preparaba para una nueva fecha de la Fórmula Plus. Si bien Werner fue llevado en forma inmediata al Hospital Privado de la ciudad capital, durante el traslado sufrió un paro cardiaco, debido al muy precario estado en el que se encontraba y falleció de manera inmediata.

Su vida transcurrió en una pista de carreras, primero como piloto, cuando el dinero era escaso y debía recurrir a su gran voluntad para ganarse cada lugar; luego como piloto y representante de su hermano y más tarde como uno de los más exitosos dueños de la Fórmula Renault. A pesar de eso, quienes lo conocieron afirman que nunca perdió su sencillez.

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